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MUJER SIN CADENAS es un blog de "Crisálida Perenne", que es una marca registrada de acuerdo a las leyes mexicanas.

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domingo, 5 de enero de 2014

¿DIVORCIO A LA VISTA?: ¡PREPÁRATE PARA LO QUE VIENE!



Dice un dicho: “Si quieres conocer bien a tu esposo, divórciate de él”… y, en algunos casos,  nada puede ser más cierto que eso.

Por lo regular, nadie piensa en divorciarse en el momento de firmar el acta de matrimonio, pero en ocasiones, las cosas no salen como esperábamos y por más intentos que hagamos, lo mejor es terminar con la relación, por lo que tenemos que recurrir al divorcio, un recurso necesario y más frecuente de lo que imaginamos. 


Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, los divorcios en nuestro país han aumentado un 74.3 por ciento. Las causas más sobresalientes para llevarlo a cabo son:

La violencia, la falta de comunicación, la irresponsabilidad, la infidelidad, el abuso del alcohol, el mal acoplamiento, adversidad económica y los celos. 

Y las cifras que se conocen no mienten, pues de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2011, 37.2 por ciento de las mujeres solteras de 15 años y más declaró haber tenido algún incidente de violencia por parte de su última pareja. Esta proporción se incrementa a 44.8 por ciento entre las mujeres casadas o en unión libre, de las cuales, 89.2 por ciento sufrió violencia emocional (este tipo de violencia incluye menosprecios, amenazas, y prohibiciones, entre otros).En tanto, 56.4 por ciento padeció violencia económica, 25.8 por ciento fue víctima de algún tipo de violencia física y 11.7 por ciento tuvo algún incidente de violencia sexual por parte de su pareja.

Esto significa que las manifestaciones de violencia emocional, psicológica, económica, física o sexual se presentan con mayor frecuencia dentro de las parejas, lo cual deriva cada día en más separaciones y divorcios

Como muchas personas lo sabemos, el divorcio es una de los eventos más difíciles y desgastantes que cualquiera puede pasar, hombre o mujer. Incluso parejas que se divorcian amistosamente encontrarán momentos en que ambas partes (o alguna de ellas)  no actúa de la manera más madura, por el contrario, se esfuerza por convertir el proceso de divorcio en una experiencia "complicada" y aterradora.

Y muchas veces lo hemos comprobado así, pues resulta que al divorciarnos, descubrimos con asombro la verdadera identidad (ya sea mejor o peor de lo que esperábamos o, increíblemente, surja una personalidad absolutamente desconocida) del hombre con quien compartimos cierta etapa de nuestras vidas… 

Por ejemplo, quizás existan mujeres que se lleven una agradable sorpresa al comprobar que el hombre con el que estuvieron casadas, se comporte como un verdadero y digno ex, ya que actúa con total respeto, justicia, responsabilidad y consideración tanto con ella como con sus hijos durante y después del divorcio. En otros casos, puede existir la posibilidad de que el hombre cumpla cabal y oportunamente con las obligaciones morales y legales que adquirió, sin la necesidad de acudir ante jueces ni abogados o, tal vez, muy remotamente, pueda suceder que, Dios no lo quiera, nos topemos con la desagradable sorpresa de haber estado casadas con un verdadero desconocido o, peor aún, con un potencial enemigo capaz de realizar cosas inimaginables a la hora del divorcio.... 

Cualquier posibilidad es incierta y, a veces, podría ser espeluznante.

Lamentablemente, muchas mujeres podemos afirmar con total decepción que el hombre con quien dormimos durante muchos años, con quien formamos una familia y una vida completa, durante el proceso de divorcio se transforma en el peor enemigo que jamás hubiéramos imaginado… Aunque siendo honestas, debemos reconocer que durante la relación, esos hombres con los que estuvimos vinculadas sentimentalmente por algún tiempo, dieron muchas señales de alerta que, tarde o temprano, influyeron en la decisión de terminar la relación. Sin embargo, suele suceder que durante el proceso de divorcio, muchos de esos hombres, sacan a relucir su verdadero interior, una identidad obscura que los convierte en verdugos implacables capaces de las peores atrocidades y hasta de delitos impensables.


Y es que una cosa son las dificultades "normales" y la lentitud que en su avance todo juicio legal conlleva, sobre todo tratándose de un divorcio,  pero otra cosa muy distinta son los obstáculos y complicaciones que con alevosía y ganas de perjudicar presenta durante todo el proceso una de las partes involucradas. En el caso de esta servidora, tras casi 3 años de un largo, tedioso, abrumador e indefinido proceso de divorcio hoy se encuentra, supuestamente, en etapa "final"; una última fase donde todavía faltan por definir y liquidar ciertos asuntos referentes a la sociedad conyugal y que, al parecer, tardarán en resolverse otros "cuantos" meses más. Y mientras espero con ansias el verdadero final de finales de este juicio, la violencia, el desgaste emocional y económico y  los abusos de toda clase persisten, ya que la contraparte insiste en complicar, revolver, confundir y desquitar su enojo hasta el último momento del juicio.  Y esto sucede ante la vista del juzgado correspondiente donde acudí para que las leyes se aplicaran de forma parcial, justa y expedita. 

Entonces, ¿por qué se alarga tanto y se entorpece abrumadoramente  un simple proceso de divorcio cuando desde la celebración del matrimonio se tienen previstos y estipulados legalmente  tanto los derechos como  las obligaciones de los involucrados? 

La respuesta más lógica a ese cuestionamiento me la dio mi hermana al inferir: "¿Y qué esperabas de un sujeto que siempre demostró ser un soberbio patán… Acaso imaginabas que durante el divorcio se comportaría como el hombre digno, honesto y respetuoso que nunca fue?"

Gran verdad que no requiere mayores comentarios, sino una seria reflexión y, sobre todo, la aceptación de una realidad, mi realidad, la cual debo seguir enfrentando con valentía, fortaleza y perseverancia hasta que este juicio culmine con el verdadero final de finales.

Cabe resaltar, como siempre lo hacemos, que NI TODOS LOS HOMBRES, NI TODAS LAS MUJERES, NI TAMPOCO TODAS LAS SITUACIONES SON IGUALES. Al hablar de divorcios "complicados", nos referimos a aquellos que se caracterizan, generalmente,  por una serie de factores donde el resentimiento, el desgaste emocional y hasta ciertas implicaciones legales afectan el proceso de separación, convirtiéndolo en un vía crusis extenuante y, muchas veces, interminable. 

Es el caso de muchas mujeres, quienes podrán identificarse con  algunos rasgos determinantes de acuerdo a sus propias historias o experiencias, o bien, pueden familiarizarse con el caso de alguna amiga o conocida. Insistimos: No podemos ni debemos  generalizar ninguna situación ni las circunstancias ni tampoco a los involucrados que intervienen en un proceso de divorcio; cada caso es específico y particular, solo reflejamos algunas referencias generales de acuerdo a estudios y a experiencias, tanto personales como de otras mujeres, por ejemplo las que se comparten entre amigas, conocidas, en talleres, en pláticas de sensibilización, entre otras fuentes. 

Es necesario aclarar que nuestra intención no es promover ni fomentar el divorcio. Pero tampoco pretendemos desanimar o inhibir las intenciones de aquellas mujeres que ya han tomado la decisión de enfrentar este proceso. Solo deseamos presentar información útil que ayude a la preparación de quien lo necesite y es por eso que  en varias ocasiones hemos tocado el tema del divorcio, con el fin de compartir experiencias, información y recursos para las mujeres que lo requieran o deseen informarse al respecto.


El divorcio, un tema con muchos tópicos y aristas que deberíamos conocer antes de casarnos y no solo hasta que tenemos “el agua hasta el cuello”.


En nuestros espacios, hemos tratado el tema del divorcio en varias ocasiones, en artículos como:






También hemos realizado una BREVE GUÍA DE PENSIÓN ALIMENTICIA EN MÉXICO, que contiene información y algunos recursos que pueden servir a las mujeres para reflexionar y, en su caso, iniciar el trámite correspondiente sin olvidar que es un derecho irrenunciable, entre otras características que tiene. 




En esta ocasión volveremos a hablar de este difícil proceso por dos razones:


1) En estas fechas los blogs Crisálida, una esperanza perenne y Mujer Sin Cadenas cumplen tres años de haber sido creados por esta servidora. Como muchos de ustedes saben, el motivo que me impulsó a su creación fue precisamente compartir ciertas experiencias de violencia y abuso que viví durante casi 20 años de relación con mi hoy (por fin!!) ex marido y que aún hoy en día continúo padeciendo en el transcurso del juicio de divorcio. Los blogs nacieron prácticamente al mismo tiempo que inició el juicio de divorcio. Después de tres años, hoy los blogs se han fortalecido, enriquecido y, sobre todo, se mantienen vigentes… El proceso de mi divorcio, también continúa vigente después de tres años de haber iniciado el proceso y, por lo visto, no se vislumbra un fin. Es hora de hacer una reflexión y pensar detenidamente en lo que ha sucedido…


2) Compartir las últimas experiencias de esta servidora y otras más, en relación a este proceso con el fin de alertar, prevenir y preparar a otras mujeres que se encuentran en situaciones similares o que estén pensando en comenzar este arduo camino, no con la idea de promover el divorcio ni tampoco de desanimarlas, sino más bien, con el fin de prepararlas para lo que viene. Siendo así, al final encontrarán una GUÍA PARA LA FUTURA EX ESPOSA, escrita por nuestra colaboradora de la sección MUJER Y DINERO, Mercedes Fernández, quien ha elaborado un pequeño manual para aquellas mujeres que ya han tomado la decisión de enfrentar un proceso de divorcio. 


Aparentemente, un divorcio es la etapa que pone fin a una relación, tormentosa o no, pero también es el pretexto ideal para extender un vínculo marcado por prácticas dilatorias, abusos e injusticias. El proceso, de por sí, es desgastante y tiende a acumular resentimientos añejos que salen a relucir en el transcurso del proceso. Pero, además, es una oportunidad que muchos hombres aprovechan para jugar sucio y manifestar sus rencores en contra de la mujer que alguna vez dijeron amar y respetar. 


Podríamos citar cientos de historias de terror que se han suscitado a raíz de que un hombre se siente rechazado, ya sea marido, novio, amante o lo que sea. Suelen perseguir, acosar, amenazar, chantajear , “vengarse” de muchas formas y hasta de cometer crímenes fatales en contra de la mujer que decide terminar la relación por el motivo que sea. Pero tratándose de un proceso de divorcio, sin importar quién lo haya solicitado primero, las cosas se ponen más complicadas, sobre todo para la mujer. 

Y no, no es exageración… Hay estudios que revelan que es durante el proceso de ruptura de una relación, específicamente durante los procesos de divorcio, cuando más se elevan las cifras de violencia (en cualquiera de sus tipos) en contra de las mujeres. Ya sea violencia pscio-emocional, económica, sexual, física y, en casos graves, la feminicida, tienden a exacerbarse y son ejercidas de formas variadas por los agresores, es decir, por los hombres con quienes las mujeres pretender terminar el vínculo, o en su caso, por quienes ya se han convertido en sus ex parejas. 


No importa si de por medio hay hijos, ese tipo de hombres se enfocan en hacer daño de la forma que sea, utilizando todos los medios y recursos a su alcance (según sus posibilidades monetarias y su nivel de amargura y prepotencia), y que van desde la manipulación de las leyes, corromper a las autoridades que lo permitan o negarse a pagar la manutención de los hijos; otros más poderosos utilizan sus influencias para beneficiarse o evadir sus obligaciones morales y legales y, en general, pisotean los derechos de las mujeres y, por ende, los de sus hijos, quienes frecuentemente son utilizados como un arma para lastimar y herir en lo más profundo a las mujeres, entre otras tácticas. 


¿Qué reacciones puedes esperar desde la etapa inicial (y durante) el proceso de divorcio?

1) Descalificaciones, desacreditaciones o cualquier actitud con fines de desprestigiarte a ti, a tu carrera,  a tu familia, a tus amistades y  que afectan tu entorno en general.

2) Despojos, violencia patrimonial y de cualquier tipo.

3) Prácticas dilatorias durante tooooodo el juicio, lo que hará más pesado, tedioso, incierto y abrumador este proceso. Mediante una táctica dilatoria se intenta ocultar y retrasar las cosas y se recurre a cualquier acto que sirva para prorrogar la tramitación de un asunto judicial:


4) Generación de  incidentes (juicios alternos)


5) Acosar y emplear estrategias de intimidación (mentir, vigilar a través del juzgado, aparecerse sorpresivamente, calumniar a tu familia y amigos , amenazar con abandonar las obligaciones hacia con los hijos, etc)


6) Presentar reiteradamente un mismo asunto ante el juez,  a pesar de haberse solucionado previamente o en otro juicio. 

7) "Negociaciones falsas y alevosas" (aguas, la contraparte siempre querrá ser la beneficiada)


8) Cuando debe llevarse a cabo una diligencia, la contraparte se niega a colaborar abiertamente o bien, actúa como si no tuviera idea de que se realizaría, se esconde con cualquier pretexto para no dar la cara y evitar responder o estar presente, da instrucciones a sus empleados con el fin de  evadir cualquier cuestionamiento, no permite el paso del actuario o, en su caso,  del perito ( “casualmente” no está), lleva los tiempos al límite establecido por la ley o por el juez, entre otras tácticas más que dependen en gran medida de la creatividad del susodicho, de su abogado, del manejo que le den a los lineamientos legales y de  la influencia que ejerza ante ciertos funcionarios, pues como dicen por ahí:  “Con dinero baila el perro”.

9) Cualquier atraso en el proceso resultará peor cuando la mujer es quien debe hacerse cargo de los hijos, sacarlos adelante, cubrir sus gastos, cuidarlos, trabajar, atender cada etapa de proceso, entre otras mil cosas más que debe realizar. Sí, la vida sigue y las necesidades aumentan, mientras el juicio avanza  lentamente sin siquiera tener la certeza de que al finalizar se obtendrá un resultado justo. 

Cuando en un juicio de divorcio que ha sido interminable (como en el caso de esta servidora), se llega por fin al punto de liquidar la sociedad conyugal, muchas mujeres nos damos cuenta que lejos de lograr una repartición justa y equitativa, tanto en tiempo como en forma,  lo que queremos es que el proceso termine, pues después de tantos meses el asunto se ha convertido, además,  en una abominable maraña de requisitos, dilaciones, gastos y pérdidas que constan en una serie de gruesos expedientes cargados de información que, finalmente, ni siquiera ha sido relevante. 


¿Y qué tantas pruebas contienen esos pesados y tan manoseados legajos? De todo!, desde solicitudes de información, declaraciones, fotografías y hasta correos personales pertenecientes a esta servidora y que se hackearon para incluirlos como evidencia, sin importar que se violaba vil y descaradamente mi derecho a la privacidad. 


Reconozco que no lo hago seguido, pues mis ocupaciones no me lo permiten, pero confieso que cada vez que acudo a revisar el expediente por alguna cuestión, es sorprendente ver la cantidad de información que, sobre esta servidora, se incluye en cada legajo y que  la contraparte se ha dedicado  a solicitar (a través del juzgado) a diversas instituciones, usando cualquier pretexto para conseguir dicha información. Desde mi número de seguridad social, pasando por referencias, trabajos desarrollados, investigación sobre ingresos percibidos, registros de mi nombre, seudónimos y direcciones, fotografías, copias de artículos que he escrito, así como largas descripciones de entrevistas que me han realizado, entre otras cosas más, muchas de ellas irrelevantes y otras que vulneran mi derecho a la intimidad …pero la información solicitada no solo se reduce a mi persona, sino que también existe evidencia en el mismo expediente sobre información personal acerca de mi hija (o mejor dicho, nuestra hija), quien ya es mayor de edad y, por tanto,  no tiene vela en este entierro, pues además es necesario aclarar que ella  jamás (ni siquiera en las peores situaciones que ha tenido que padecer) ha solicitado ningún tipo de ayuda o de apoyo al sujeto en cuestión, es decir, su padre, quien con sus propios actos y omisiones, solo deja al descubierto que como tal,  tampoco  ha cumplido con las responsabilidades morales inherentes a ese papel. Un verdadero padre no se limita a la edad de los hijos, un verdadero padre está siempre presente, incondicionalmente,  para sus hijos, sean de la edad que sean.  Un verdadero padre no busca perjudicar a sus hijos, si no ayuda, tampoco les hace daño.... y solo puedo decir que este sujeto NO se acerca ni tantito al concepto de un padre. 

Ambas estamos vigiladas, pues no se le puede llamar de otra forma, pero la cobardía de quien lo ejecuta es tan grande, que alega que son pruebas para el juzgado ¿pruebas de qué?, ¿de cómo intentamos sobrevivir mientras él nos despoja de todo?…. Así, el juzgado se convierte en un medio para llevar cabo el rastreamiento y persecución de ambas.


¿Y qué sucede con la información que la contraparte debería proporcionar de sí mismo? ¿No debería haber igualdad de condiciones y, por tanto,  reflejar los mismos datos e información para ambas partes? En este caso no, ya que la contraparte actúa al contrario: oculta, miente, crea falacias con la ayuda de la empresa donde trabaja, quien se presta a encubrir a dicho sujeto, manifiesta un sueldo muy por debajo del que en verdad gana, no declara las prestaciones reales y, claro, vive desahogadamente y con lujos a costa de nosotras. Erróneamente ese sujeto llama, “su casa” al lugar donde vive y del cual fuimos despojadas.


Pero el problema no solo es ese, sino que las leyes, el sistema, la interpretación que se da a ciertos artículos legales, la carga de trabajo de los juzgados, la aplicación de los procedimientos, y mil cosas más, detienen, alargan y hasta promueven la lentitud, la ineficacia, y la poca justicia que, muchas veces, se requiere de forma inmediata. 


Irónico y bizarro, pero ese el modelo de justicia al que tenemos derecho las mujeres.


DESCALIFICACIONES, MANIPULACIÓN E INTIMIDACIÓN:

Muchas mujeres sabemos que una de las venganzas más usuales que utilizan los hombres despechados es a través de la manipulación del dinero y de negarse a cumplir con las obligaciones que la ley señala, y me refiero al caso específico de la pensión alimenticia. Cuando las mujeres nos unimos en matrimonio, la mayoría solemos abandonar nuestras carreras, trabajos y sueños de soltera, para dedicamos al hogar y a la familia, y es precisamente cuando comenzamos a padecer, sutilmente primero, lo que se denomina legalmente como VIOLENCIA PSICOLÓGICA Y ECONÓMICA (solo por mencionar las que frecuentemente se cometen), por lo que es de esperarse que en el divorcio, también se ejerza la misma violencia, pero multiplicada por 100000000000000. 


Así mismo, al hablar de divorcio, surge el tema del patrimonio conyugal, que es imprescindible para culminar con ese proceso y con la relación. En mi caso, yo lucho por RECUPERAR lo que me corresponde por derecho, lo que es legal, lo que según la ley dice que me toca por haberme casado bajo el régimen de sociedad conyugal. Por el contrario, la contraparte tiene otro objetivo: ADUEÑARSE de todo, despojando descaradamente a esta servidora (y a la hija de ambos), de lo que como familia construimos a base de sacrificios durante muchos años. Porque eso sí, durante muchos años, los sacrificios fueron de los tres (y siendo muy sinceros, sobre todo míos), ¿pero qué sucede a la hora de “repartir” los bienes construidos por ambos? Resulta que solo uno es el beneficiado, claro, el que tiende a ser más abusivo y, además,  no tener otras expectativas de su vida. 

Por tanto,  solo me queda DEFENDER mis derechos, los cuales han sido pisoteados  al despojarme de todo, pero también por  hacerme caer en gastos y deudas que hoy tengo gracias al "capricho" de un sujeto que se aferra a su egocéntrica idea : “me robo la casa, todo lo de adentro y todos los bienes que juntos logramos...  ella y nuestra hija, que se jodan!”


ACOSO:

Encontrarte a tu ex de manera "sorpresiva" en los rumbos que son familiares para ti, mas no para él… ¿podría ser casual, coincidencias repetitivas o acoso? 

Si dadas ciertas características se considera un acoso, entonces podría ser peligroso. En primer lugar habría que pensar en la estabilidad emocional de un sujeto que se dedica a perseguir a su víctima de diversas maneras. Podríamos empezar por preguntarnos: ¿qué hay detrás de un sujeto que después de 4 años vive como si el tiempo no hubiera pasado?... 

Hace unas semanas, cuando revisé por última vez el dichoso expediente, me percaté que el sujeto en cuestión, al que por cierto le vendría bien realizarse un examen psicológico con URGENCIA, no solo vive en la casa de nos pertenece a ambos, sino que, increíblemente, vive de la misma forma en la que hace 4 años esta servidora tuvo que dejar su hogar. Sí, a través de unas fotografías recientes que se incluyen en el expediente como parte de un avalúo, se muestra el estado actual del inmueble  pero, además, puede observarse que las cosas, los muebles, los adornos, las plantas y todo lo que amuebla y decora cada espacio, están tal y como las dejé hace 4 años. Por ejemplo, mis revistas de decoración que solía guardar dentro de un canasto y que, por algún motivo que ya no recuerdo, dejé debajo de una mesa de centro… siguen ahí; el pedazo de un tronco, ya podrido cuando lo vi por última vez y que dejé recargado en una columna que sostiene un techo de teja… hoy, según las imágenes recientes, sigue en la misma posición. Mis plantas, tanto la del rincón de la sala, como la que yace sobre un arco que adorna el área del comedor permanecen en el mismo lugar, aunque hoy se encuentran casi secas, sin hojas y sin el brillo que yo solía darles. Asimismo, la  cocina permanece intacta, con los mismos utensilios que yo usaba y que acomodé hace ya varios años de la forma  que me parecía más práctica; ahí está aquel horno eléctrico que alguna vez quemé al sobrecalentarlo. Mis frascos especieros adornados con la creatividad que entonces me inspiraba, así como los adornos en la pared, los cuadros, el reloj, las mariposas... Pude reconocer las lámparas de mi tía abuela, una herencia familiar que pasó de generación en generación y que hoy alumbran el espacio que ese sujeto se adueñó arbitrariamente. Ahí está  la mesa que mi madre me regaló,  ubicada en el área de recepción,   y que pertenecía a mi abuela, así como las tres mesitas esquineras, los manteles, las copas, los cubiertos, el asador y la mesa del jardín…. En fin, hay muchas cosas que hoy ese sujeto goza al 100% y que son mías, son herencias familiares de gran valor, sobre todo, sentimental,  y de las cuales fui despojada vilmente (vergüenza debería darle vivir con cosas que ni siquiera le pertenecen).


Cualquiera que nos haya conocido en nuestro tiempo de matrimonio pensaría, al ver esas fotografías, que yo aparecería en alguna de ellas posando junto a la planta de la sala o en la cocina reacomodando la alacena, o bien, sentada en aquel sillón de la sala donde solía tomar mi café matutino para leer el periódico, o mi hija bajando por las escaleras…. Pero no, todo lo que hoy existe es solo una escenografía barata y cruel de quien arbitrariamente se apoderó de todo, incluyendo lo que no le corresponde. 

Lejos de transmitir armonía, calidez y paz, cada imagen desluce sombría; esa casa que alguna vez fue luz, hoy solo es un espacio desolado y triste. Mi presencia está en cada rincón, pero… ¿con qué motivo alguien mantiene vivo un recuerdo, un pasado que nunca volverá?, ¿Acaso la salud mental no se ve afectada al vivir de esa forma?, ¿qué alcances tendrá la persona que no supera el pasado? 

Quien inexplicable e intencionalmente decide dejar un pasado intacto, inmóvil, como si el tiempo se hubiera detenido, clínicamente debe tener alguna interpretación, pues de algún modo ese comportamiento afecta tanto a quien vive aferrado al pasado como a quienes aún se lo recordamos.... ¿verdad que suena escalofriante?

MENTIRAS, ENCUBRIMIENTO Y TIEMPO PERDIDO:

Otras actitudes que se emplean en procesos de divorcio son las mentiras o verdades a "medias", como declarar un sueldo falso o no declarar el total de ingresos, percepciones y prestaciones que percibe cuando  son solicitados por el Juez, en otras palabras, afirmar frente a la autoridad que gana menos dinero que el que verdaderamente obtiene y ser encubierto por la empresa donde labora. Esta es una clásica manera de mentir para evadir las responsabilidades que legalmente le son requeridas.

Al autoadjudicarse los bienes a nombre de ambos, suele esconderse y, por tanto, nunca está por motivos diversos para evitar las diligencias que se llevan a cabo como son inventarios, peritajes, práctica de avalúos, entre otras,  con el único fin de retrasar por semanas, o meses, el proceso. En cada medida que un Juez ordena llevar a cabo  pueden transcurrir de dos a tres semanas, más el tiempo que pasa al  reportar cada hecho, el que se utiliza para tramitar la siguiente medida, el que pasa cuando se apercibe, cuando se acuerda, cuando se coordina la nueva visita, el que se establece para responder, para acudir a declarar,etc, etc...con todo esto podría un año completo sin obtener ningún resultado definitivo. 


JUICIOS ALTERNOS (INCIDENTES) SACADOS DE LA MANGA Y REITERATIVOS UNA Y OTRA VEZ:

No sé si en todos los casos se presente, pero en el juicio que esta servidora  ha tenido que enfrentar, hay un hecho en particular (y del que lamento no poder dar mayores especificaciones) por el que la contraparte ha presentado en varias ocasiones la misma petición. Por ese hecho,  ha solicitado la apertura de varios incidentes, ha tramitado amparos (y se los han negado), ha levantado una y otra vez varios juicios alternos que siempre le autorizan.... Ahora bien, ¿Cuántas veces debe declararse como inválido un hecho?, ¿cuántas veces puede ser juzgada una misma cosa?, ¿por qué la ley permite seguir abriendo juicios por algo que ya fue juzgado y condenado?

Por los blogs:
En el tópico anterior sobre el ACOSO, mencioné que existen diversas formas de perseguir y hostigar a una de las partes, pudiendo ser abiertamente o de forma "sutil" utilizando como pretexto que la información es de relevancia para el caso. Y eso es lo que  esta servidora le ha ocurrido. Como comenté con anterioridad, uno de los legajos que conforman el expediente del divorcio está repleto de información acerca del trabajo que realizo a través de los blogs: copias de artículos, fotografías de esta servidora, interpretaciones que ellos (la contraparte) realiza sobre entrevistas, artículos y hasta de videos sobre el tema de violencia contra las mujeres y que NADA pero NADA tienen que ver con el proceso de divorcio. ¿Acaso yo expongo públicamente el trabajo que realiza la contraparte?, ¿acaso hay evidencia que demuestre que yo haya sacado a relucir, por mínimo que fuera,  el tema acerca de la profesión, el hobby o el deporte que realiza el sujeto en cuestión? No, porque ni siquiera me importa lo que haga y, principalmente, porque estoy convencida que emplear información irrelevante o privada es una manera de jugar sucio. 

Pero el sujeto en cuestión y su abogado no piensan del mismo modo, por lo que he sido cuestionada en varias ocasiones durante el juicio acera del trabajo de labor social que realizo. ¿Y eso qué tiene que ver con el divorcio y con la repartición de los bienes? Nada, solo es una forma más de perder el tiempo y, además, de acentuar el deseo por intimidar y acosar a esta servidora con tintes “sutiles” y “legales”, pero que no justifican el método arbitrario, invasivo y  antiético de litigar en un juicio. 


¿Es verdad que las mujeres siempre perdemos y más a la hora del divorcio?

En términos económicos y materiales la aplicación de la ley no necesariamente significa justicia para la mujer. Es innegable que las diferencias de género, la particularidad de la ley y del procedimiento de divorcio sitúan en desventaja a la mujer.



En un estudio realizado a cierto número de casos de divorcio reales, se pudo llegar a la conclusión que casi siempre las mujeres tienden a perder económicamente durante el matrimonio y, más aún, durante el divorcio, muchas veces en las cuales, ellas prefieren ceder y así terminar con el difícil proceso. 

La abogada N, participante en dicho estudio, explica la razón de que algunos cónyuges, muy frecuentemente la mujeres, tomen la determinación de ceder: “Ceden porque ya no desean estar peleando en un juicio, pero no porque están de acuerdo, sino más bien porque prefieren terminar con eso”.



No obstante, en términos económicos, querer salir del asunto significa no recibir nada de dinero o aceptar pensiones bajas para ellas y sus hijos. Consentir con el fin de que el divorcio termine, representa perder bienes materiales aunque se piense que es algo a todas luces injusto. En otras palabras, el divorcio significa renunciar a lo que uno tiene derecho por ley, la mujer se resigna a tener perdidas con tal de salir de la situación:


"Lo que ya quería era divorciarme; o sea, hubiera acuerdos a favor mío o no, yo lo que quería era divorciarme, era lo único que me interesaba", frases similares a esta, son las que frecuentemente pronuncian las mujeres después de un tiempo de no ver resultados positivos en el juicio de divorcio.



















Entre las razones que explican por qué la mujer renuncia a bienes económicos y materiales a pesar de no contar con una situación económica desahogada se encuentran que el divorcio llegue a su fin , no tener nada que ver con su esposo, volverse independientes, apoyarse en su familia o una combinación de las anteriores.





Desde que inicié la labor de difusión de temas relacionados a los derechos de las mujeres, he tratado de incentivar a todas aquellas que se encuentren en situaciones similares, o peores, ha acudir a la justicia, a denunciar los delitos o posibles delitos de los que son víctimas, a asesorarse y orientarse, a acudir a las instituciones establecidas por el gobierno o por organismos civiles para que sean guiadas de las maneras legales más convenientes para ellas y puedan acceder a las justicia. Mujeres abusadas, golpeadas, acosadas o que buscan que sus parejas, padres de sus hijos, cumplan con su obligación del pago de una pensión alimenticia, son a quienes he invitado a que recurran a lugares y con personas especializadas para que se informen y puedan actuar debidamente.

Sin embargo, muchas veces esa frase que menciono con regularidad: “denuncia o acude a un juez a solicitar la pensión” se vuelve vacía, hueca, sin expectativas….pues en el fondo sabemos que, difícilmente, una mujer podrá encontrar justicia o, al menos, pueda ser escuchada en sus demandas de forma imparcial,  con la firme idea de apoyarla eficientemente y con  apego a sus derechos.



MUJER:

Recuerda, cuando en una relación todo termina, el hombre de quien te enamoraste puede convertirse en un verdadero patán. Debes tener cuidado, pues un patán intentará manipularte, correrte de la casa, dejarte en la calle, abandonarte sin nada que le cueste, humillarte al por mayor, desentenderse de tí y de sus hijos… Aprende a conocerlo, pues  es en la relación cuando las señales comienzan a darse.

Algunas recomendaciones que debes tomar en cuenta y no a la ligera: 
  • Nunca firmes papeles en blanco
  • Nunca te dejes dominar por amenazas para hacer algo que va en contra de tus derechos
  • Siempre ten a la mano tus documentos y pertenencias personales
  • Si tienes que abandonar tu hogar por motivos de supervivencia, debes avisarle a las autoridades y evitar en la medida de los posible que él te acuse de tal delito.
  • Si dentro de tu matrimonio logran hacerse de algún bien, trata o exige que se ponga a nombre de los dos.
  • Si te vas a casar, pon muy claros los ´términos del régimen matrimonial, piensa que el amor, por muy fuerte que hoy lo sientas, NO es para siempre.
  • Si él te corre de la casa, debes denunciarlo de inmediato.
  • Mantén tu temperamento bajo control, evitando el lenguaje fuerte u ofensivo.Argumentaciones vulgares, declaraciones acusatorias fuertes, gritos e insultos no ayudarán en tu caso.
  • Los exabruptos en el tribunal, también pueden llevar a cargos de desacato y podrías terminar tras las rejas si la conducta es demasiado ruidosa o abusiva en su naturaleza. Pero eso sí, sé firme y nunca muestres miedo.
  • Comunícate sólo a través de tu abogado o mediador si hay alguna preocupación de cómo tu pareja puede reaccionar ante algo.
  • Aunque te parezca difícil, abstente en lo posible de decir cosas en correos electrónicos o de voz que no dirías frente a un abogado, el juez o tus hijos menores. Ya sea que creas o no que tu cónyuge nunca usaría algo así en tu contra en el juzgado, lo mejor es practicar el lema "más vale prevenir que lamentar". 
  • Busca realizar una repartición justa y equitativa de los bienes y deudas. A menos que hayas sido víctima de una verdadera relación abusiva, de engaños, de relaciones extramatrimoniales o de otra situación que justifique la búsqueda de daños y perjuicios adicionales, comprometerse a dividir las cosas por igual y equitativamente es deseable.
  • Si uno de los cónyuges gana mucho más dinero que el otro, sobre todo si esa disparidad en los ingresos se debe en parte a los sacrificios hechos por uno de los cónyuges, habrá algunos cálculos numéricos necesarios para ajustar las cosas. Por ejemplo, uno de los cónyuges trabaja para que el otro vaya a la escuela de medicina y no termina su propia educación. O uno de los cónyuges deja un trabajo profesional bien remunerados para reubicarse en algún otro lugar donde el otro cónyuge tiene una oferta de trabajo importante y tiene que empezar de nuevo. Si este es el caso, busca dividir todo exactamente por la mitad es el mejor método para una separación sana, que permita a ambos seguir adelante.
  • Asimismo, no cedas a la tentación de tomar menos de lo que se tiene derecho sólo para salir lo más rápido posible de la situación, cediendo a todas las demandas de tu cónyuge, accediendo a todos los caprichos o no defendiéndote a ti misma. No se puede saber en qué situación podrás estar en uno o dos años a partir de ese momento, tal vez sin empleo o enferma, deseando haber luchado mas fuerte por ti misma.
  • Abraza a sus hijos con tus palabras, así como con tus brazos. Mantén las cosas para tus hijos de la forma más normal posible, mientras le expresas tanto amor y apoyo como puedas. Sigue asegurándoles que el divorcio es un asunto entre tú y tu pareja y que no es culpa de ellos.
  • Lucha contra la tentación de incitar a los niños en contra de tu cónyuge o de utilizarlos como arma. A la larga, esto les dejará heridas por todas partes y podría ser contraproducente, haciendo que el niño esté de parte de tu cónyuge o, peor aún, que le den la espalda a los dos.
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GUÍA PARA LA FUTURA EX – ESPOSA
Para aquellas mujeres que ya han tomado la decisión de enfrentar un proceso de divorcio.


Cuando se toma la decisión de disolver el vínculo matrimonial, surgen muchas dudas, sobre todo, en las mujeres.  Si bien es cierto que detrás del rompimiento con la pareja hay toda una historia de relación humana, las implicaciones que acarrea un divorcio son de trascendencia y afectan de forma importante a los involucrados, y suelen ser de índole emocional, económica, social y jurídica, principalmente. Cabe resaltar que las consecuencias en el entorno económico son muy elevadas, sobre todo para las mujeres, por lo que vale la pena reflexionar en ello para evitar tomar decisiones equivocadas, o bien, motivadas por la desesperación, el miedo a la incertidumbre, por acelerar el proceso, entre otras. 


Si estás pensando en divorciarte, o ya has tomado la decisión de comenzar el trámite, no te desesperes. Todo divorcio es doloroso, sean cuales sean los motivos, así que toma las cosas con calma, infórmate, conoce tus derechos, y no te dejes llevar por el lado emocional…. Muchas mujeres divorciadas lo sabemos: ¡LO SUPERARÁS!. Enfócate y piensa en tu bienestar integral y, en su caso, en el de tus hijos. 


La experiencia que muchas mujeres hemos vivido durante el proceso de divorcio es una fuente importante de apoyo para aquellas que aún no saben lo que dicho juicio conlleva. El proceso inicia con la firme decisión de terminar con la relación, la solicitud ante el juzgado, definir la situación de los hijos (en lo emocional, su manutención, la custodia, etc), cómo se afecta el entorno familiar y de los amigos, la pensión alimenticia, los obstáculos que pueden presentarse, el desgaste económico y emocional durante todo el tiempo del proceso, las previsiones que debemos tomar, entre otras consideraciones, hasta llegar a la etapa final que es la sentencia de divorcio. 

Es por eso que la sección MUJER Y DINERO del blog MUJER SIN CADENAS, presenta la GUÍA PARA LA FUTURA EX – ESPOSA, donde se incluyen algunas interesantes recomendaciones para aquellas mujeres que ya han tomado la determinación de divorciarse Contiene consideraciones que podrás tomar en cuenta durante cada una de las etapas del divorcio. Nuestro objetivo principal es orientar y apoyar a las mujeres que optan por este proceso, para que lo enfrenten y lo superen de la mejor forma posible.

Futura ex – esposa: Nunca olvides que en cada etapa de la vida debemos valorarnos y proteger nuestra integridad emocional física y económica, incluyendo en el proceso de divorcio. Así que oriéntate, infórmate a fondo, conoce y cuida tus derechos y asesórate debidamente.
 ((()))










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