Queridos Santos Reyes,
Como he sido una buena mujer, madre, hermana, amiga, hija y trabajadora, quiero que me traigan algunas cositas que harán muy felices a todas las mujeres (no sólo a mí) y a los hombres hartos del modelo tradicional de masculinidad.
Es una lista breve; sin embargo, queridos Reyes Magos, estoy consciente de que lo que pido no son bagatelas. En fin, a ver si pueden concederme mis regalos. Aquí va mi lista y que tengan un feliz año 2014.
1. Como soy maestra, quiero que se apruebe un currículum con perspectiva de género que fomente la co-educación para erradicar conductas misóginas desde que l@s niñ@s estén en preescolar y a lo largo de toda su educación formal.
2. Quiero que las mujeres perciban igual salario por puesto y actividad igual a la de un colega varón.
3. Quiero que el trabajo reproductivo de las amas de casa sea reconocido ampliamente por todos los miembros de la sociedad debido al impacto económico tan fuerte que representa, que todas las mujeres que se dedican a él, comiencen a cobrar un salario por él. Quiero que la gente deje de pensar que es un trabajo que se hace por amor y como “el amor no tiene precio”…así las mujeres que son lastimadas dentro de un matrimonio violento, no tendrían que quedarse dentro de él pues están financieramente atrapadas.
4. Quiero que todas las mujeres sanemos nuestra relación con el dinero y sintamos que merecemos ganarlo y tenerlo en abundancia pues eso no nos convierte en malas mujeres. Hagan que todas entendamos que la ecuación Mujer-Dinero no es diabólica. El dinero nos da la única verdadera posibilidad de autonomía e independencia. Sólo con esta herramienta podemos planear nuestro futuro sin depender de alguien más.
5. Por favor, permitan que todas las mujeres sanemos nuestra relación con nuestros cuerpos: que los amemos con las dimensiones que tienen, que dejemos de buscar ser Barbie y aprendamos a permitirnos gozar de la vida con nuestros cuerpos y caras como son y no como pretenden las fantasías patriarcales que nos agrian la fiesta de la vida.
6. Que se convierta en delito usar el cuerpo de las mujeres como gancho publicitario para anunciar cualquier producto.
7. Que la cultura deje de patologizar todos los procesos naturales de nuestros cuerpos de mujer; que las mismas mujeres entendamos que no hay nada de malo ni de defectuoso en nuestra menstruación, nuestros embarazos (aún hay mujeres que dicen que “fulanita ya se va a aliviar” como si haber estado embarazadas hubiera sido una enfermedad), nuestro climaterio. Que no hay tal cosa como un síndrome premenstrual – y si no, pregunten a las abuelas o bisabuelas a ver si ellas oyeron o padecieron tales cosas – que es, eso sí, muy rentable para los laboratorios y los consultorios médicos. Me duele oír a las mismas mujeres burlarse de otra que está enojada o indispuesta diciendo “ha de estar en sus días” o, peor: “Es una menopáusica” dando fuerza a esas creencias que nos presentan como defectuosas, emocionales, no dignas de confianza debido a nuestros cuerpos y sus procesos.
8. Que haya leyes que obliguen a las empresas a flexibilizar los horarios para las madres trabajadoras pues, si bien es cierto que las mujeres hemos ganado terreno en el campo laboral, también lo es que los horarios, que siempre han sido pensados en las necesidades de los hombres, no han sido cambiados, lo cual obliga a las mujeres a perseguir ese injusto y extenuante modelo de la súper Woman que las lleva a trabajar fuera de casa para, al terminar, seguir trabajando dentro – y gratis, por supuesto.
9. Que se obligue a tooodas las empresas a que haya guarderías para las madres con bebés de hasta un año o dos (así como gastan mucho dinero construyendo canchas de fútbol para sus obreros).
10. Quiero que se visibilice y se desnaturalice la violencia de los hombres hacia las mujeres. Que tanto mujeres como hombres dejen de ver a la violencia como algo normal y natural que “ha estado siempre” y, por lo tanto, nada puede hacerse.
11. Quiero que las mujeres despierten y dejen de engrosar las filas de la “Servidumbre Voluntaria” como diría Étienne de La Boétie; que dejen de vivir en ese enfermo Síndrome de Estocolmo que las lleva, incluso, a justificar la violencia de los hombres hacia las mujeres.
12. Muy especialmente, quiero que me traigan solidaridad entre las mujeres (sororidad) pues, una vez que las mujeres despierten y sean solidarias unas con otras, será cada vez más difícil tolerar situaciones de violencia y, por otro lado, dejarán de educar a sus hijas e hijos siguiendo los preceptos del patriarcado convietiéndol@s en misógin@s y machistas.
13. Quiero que haya cada vez más hombres que entiendan que la violencia contra las mujeres ES un asunto de hombres (este deseo ya viene en camino y se los agradezco. Aquí comparto un enlace que me conmueve porque expresa las ideas de un hombre maravillosamente solidario y consciente de la situación que vivimos las mujeres en el mundo entero. Un hombre que no busca “lavarse las manos” ni continuar responsabilizando a las mujeres de su situación: http://www.ted.com/talks/lang/es/jackson_katz_violence_against_women_it_s_a_men_s_issue.html?source=facebook#.Umk1qymsc-g.facebook)
14. Que la justicia por fin sea expedita cuando se trata de hacer llegar a las mujeres la pensión alimenticia y que deje de ser vista como una dádiva y empiece a reconocerse que la mujer contribuyó a crear la riqueza que se haya generado dentro del matrimonio a través del trabajo reproductivo; que se visibilice que para cuidar de marido e hij@s, dejó de seguir trabajando – cotizando – preparándose y generando riqueza propia, por lo tanto esa pensión le corresponde por derecho pues le costará tiempo regresar al campo laboral y sostenerse por sí misma.
Desde luego hay muchas otras peticiones; sin embargo, creo que con estas humildes peticiones la vida de mujeres, niñ@s y hombres sería más humana.
Un abrazo y un feliz año 2014.
Mercedes
