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martes, 17 de julio de 2012

CASO: Angélica




Angélica 



Angélica Gutiérrez Marín, de apenas 18 años, conoció a John Jairo Echenique a través de una amiga hace algunos meses. Desde un inicio el hombre mintió sobre su verdadera identidad, se hacía llamar  Diego Piñeres, le dijo que era abogado, y que tenía dos carros y un apartamento. Nada de eso era verdad.



El pasado 30 de Junio Angélica murió, víctima de un brutal ataque perpetrado por su ex pareja . El agresor no se contentó con machetearla, sino que la roció con gasolina y le prendió fuego. Los vecinos la socorrieron al oír sus gritos y la llevaron al hospital con quemaduras generalizadas, pero no la pudieron salvar. 



Luego de ser capturado, el agresor se suicidó colgándose del cuello con su camisa en las instalaciones de la Fiscalía. 





NOMBRE DE LA VÍCTIMA: 

Angélica Gutiérrez Marín 


VICTIMARIO: 

John Jairo Echenique Fernández 


LUGAR DE LOS HECHOS: 

Cartagena, Colombia 


HECHOS:

A pesar de que cada día se hacen mayores esfuerzos para evitarlo, aumentan los casos de maltratos severos y asesinatos de mujeres por atacantes masculinos, usualmente conocidos suyos, muchos de ellos novios, esposos y amantes celosos.



El caso de Angélica repugna por todo. Por sus 18 años de edad, apenas comenzando a vivir. Por la sevicia demente de su atacante. Por la falta de experiencia que caracteriza a la mayoría de las jóvenes para detectar las señales macabras que emiten sus novios o ex novios. Por no existir ninguna forma de alertas tempranas desde el colegio para filtrar personas con desequilibrios psicológicos serios. Por no existir un protocolo generalizado e inculcado en los jóvenes desde niños para saberse comportar con personas desconocidas, aunque parezcan deslumbrantes.


¿Cuál es entonces el perfil de quienes se podrían convertir en asesinos?  Cualquier explicación académica no le devolverá la vida a las miles de mujeres asesinadas alrededor del mundo… ni tampoco a Angélica Gutiérrez Marín. Se requiere de acciones contundentes que ayuden a evitar que los asesinos predecibles puedan seguir matando a su antojo.

Angélica era estudiante de Derecho de la Universidad Libre y vivía en un pequeño apartamento en el barrio El Socorro, de Cartagena.  El hombre decía llamarse Diego Piñeres, y le aseguraba que era un prestante abogado y que tenía carros y una casa en Bogotá. Todo era mentira. Era un delincuente con un amplio historial que incluía, según los datos hallados por las autoridades, que había sido guerrillero de las Farc. 

Los amigos de Angélica describen su relación con John Jairo como tormentosa. El hombre la celaba y le pegaba por cualquier motivo. 


Ella lo llevó a su casa y casi no hablaba. Cuando saludaba no daba la cara. La pasaba celando por bobadas y llegó a pegarle varias veces, por lo que sus allegados le decíamos que lo dejara. Sus padres se dieron cuenta de la situación hace dos meses en el funeral de su abuela, cuando le controlaba hasta lo que iba a decir y ella estaba incómoda. No sabíamos que era reinsertado de las Farc y por eso era que tenía una tarjeta que le dan a los que tienen esa condición para entrar a la Fiscalía, donde decía que trabajaba. Un día hasta llevó a la mamá de Angélica allá para demostrarle que era un hombre de bien. Eso fue cuando empezaron a sospechar de su doble vida”, relata el allegado.



Cansada de esto la joven cartagenera decidió terminarle. Ella decidió dejarlo por completo y sus padres la apoyaron. John Jairo se llenó de rabia y juró que se vengaría. 



De manera brutal, el pasado sábado 30 de junio, de acuerdo con las autoridades, John Jairo Echenique Fernández la atacó con un machete y le roció gasolina y le prendió fuego. Angélica tuvo que ser trasladada de urgencias a la clínica Sol de las Américas. 



Tras luchar un día contra la muerte, falleció a las 4:30 de la tarde. La joven tenía el 90 por ciento de su cuerpo con quemaduras de tercer grado y heridas profundas que le fueron ocasionadas con un arma blanca en la cara, cuero cabelludo y extremidades superiores e inferiores. Llevaba 24 horas en la Unidad de Cuidados Intensivos en la antigua Clínica AMI. 



Pese a las versiones que indicaban que el presunto homicida había sido novio de la víctima, un amigo de la víctima le aseguró que dicha relación sentimental nunca existió. 



Angélica y ese tipo jamás fueron novios. Lo que pasa es que ellos se conocieron en una rumba, y desde ese día él se obsesionó con ella. Ese muchacho a cada rato iba a visitarla, pero como ella lo rechazaba le dio la gana de matarla”, comentó un conocido de Gutiérrez Marín, quien pidió que no fuera revelada su identidad.


Pese a eso, otro amigo de la víctima dijo que ella y su presunto homicida sí tuvieron una relación sentimental. 


Linis Valencia, amiga de Angélica, señaló que nunca se imaginó lo qué iba a suceder. "En realidad ella quiso acabar con la relación, no sé si ese el motivo por el cual tomó esa decisión. El la trataba bonito le hacia buenos detalles, le decía que quería que estudiara en Bogotá para que terminara sus estudios", manifestó.



Agregó que "era una mujer entregada a sus amigos, siempre se caracterizó por ser una niña sencilla y humilde". 



Lo capturan y se suicida: 

En medio de un operativo realizado por la Policía Metropolitana de Cartagena, el asesino habría sido capturado alrededor de las 5:30 de la tarde. En horas previas, aunque la Policía no había confirmado su identidad, se habían ofrecido hasta 10 millones de pesos de recompensa a quien suministrara información sobre el paradero del presunto homicida. 

Echenique Fernández, quien tenía familia en Venezuela, al parecer había planeado fugarse hacia ese país, ante la fuerte presión generada por los medios de comunicación y las redes sociales, donde los cartageneros repudiaron un nuevo caso de violencia contra el género femenino. No pudo hacerlo porque fue capturado.


 Según la directora de la seccional del CTI, Marina Silva, tras la captura, se cumplieron todos los protocolos de seguridad. A Echenique se le quitó cinturón, cordones y cualquier otro elemento que pudiera utilizar para hacerse daño, sin embargo, utilizó la camisa que llevaba puesta para colgarse del techo y murió ahorcado. El suicidio ocurrió entre las 4:30 y 5:00 a.m.



La Directora seccional del CTI subrayó que tanto la Policía como los funcionarios de la Fiscalía cumplieron con el proceso rutinario para estos casos. "Se respetaron los derechos de esta persona, se le dieron todas las garantías (....) de la ropa no se le podía despojar porque eso atentaría contra sus derechos fundamentales" dijo la directora seccional del CTI.



Por su parte el comandante de la Policía Metropolitana de Cartagena, el general Carlos Rodríguez, informó que ya inició una investigación disciplinaria para tener más claridad sobre la forma en que ocurrió el suicidio, en una sala que vigilaban sus hombres.



Antecedentes del asesino: 

En San Jacinto Bolívar son pocos los recuerdos que sus habitantes tienen de John Jairo Echenique Fernández. Los sanjacinteros aseguran que Echenique Fernández vivió en este municipio de los Montes de María entre 1984, fecha en la que nació en Cartagena, y 1991, año en el que su madre lo dejó a cargo de su abuela, tras tomar la decisión de viajar a Venezuela en busca de un mejor futuro. 


..Su abuela lo crió hasta cuando él hizo cuatro de primaria, pero luego se lo mandó a su papá a Cartagena, porque no aguantaba su mal comportamiento…”, comentó un vecino de la calle 19 de San Jacinto que prefirió no revelar su nombre. 



Echenique Fernández regresó a Cartagena, según cuentan sus vecinos de entonces, en el barrio Los Caracoles, lugar donde la mayoría lo recuerda porque le gustaba salir de la casa en las noches con una almohada en la mano y una sábana, caminando hacia uno de los dogout del estadio de béisbol, donde se subía en el techo y se acostaba. Hasta entonces, afirman los vecinos de Los Caracoles, no manifestó ser una persona violenta y más bien era visto como un joven disciplinado, estudioso y con buenas calificaciones en el Inem, escuela de la que egresó en el 2001, con un puntaje en las pruebas Icfes de 47.8. 



Siempre fue un buen estudiante. Quién iba a pensar que ese pelao terminaría siendo un homicida y violento contra las mujeres…”, expresó una excompañera del bachillerato. Algunos trabajadores y pensionados del Inem,  afirman que, efectivamente, nunca se le conoció a John como un estudiante problema y que por el contrario, era buena en matemáticas y química. 



Sin embargo, esos trabajadores consultados, entre los que hay profesores retirados y otros que fueron administrativos, señalan que por más buen estudiante que haya podido ser Echenique Fernández el solo hecho de maltratar a una mujer hasta el punto de asesinarla le quita cualquier valor positivo. Al mismo tiempo, advierten, que es el momento propicio para que se abra un gran debate nacional sobre cuál es la educación que queremos para nuestros jóvenes, pues el Gobierno se preocupa más porque se llenen a los alumnos de conocimiento a que sean buenos seres humanos, con valores y competencias ciudadanas. 



La vida tormentosa de Echenique Fernández, según las declaraciones de quienes lo conocieron o tuvieron algún contacto con él, se inició después de salir de la escuela e ingresar al mundo universitario. Fue allí donde se presume logró contactos con las Fuerzas Revolucionarias de Colombia, Farc, e hizo parte del Frente 37 de esa organización guerrillera. 



Según la Policía, él tenía un largo expediente judicial que se remonta al año 2002, cuando según las autoridades, participó en las acciones terroristas contra el centro comercial Centro Uno, en la avenida Venezuela, y al restaurante American Broasted Chicken, en el barrio Los Alpes. 



Las dos acciones se presentaron en el mes de mayo de ese año, y por esos atentados la Armada Nacional lo capturó dos años después, junto con otros dos estudiantes universitarios que como él fueron acusados de terrorismo por una Fiscalía de Barranquilla, sindicados de pertenecer a las Farc. 



En 2007 Echenique Fernández se acogió al programa de desmovilizados del Gobierno nacional, al reconocer que era integrante del frente 37 de la Farc. 



En la Universidad de Cartagena (U de C), donde estudió Administración de Servicios de la Salud entre 2003 y 2004, los estudiantes y egresados que lo conocieron o lo trataron en algún momento aseguran que Echenique Fernández participó activamente en distinto movimientos estudiantiles, pero que a partir de su captura como miembro de la guerrilla, este habría empezado a colaborar con organismos de investigación del Estado para señalar, de manera irregular y sin argumentos, a estudiantes como guerrilleros, para luego cobrar, presuntamente, recompensas. 



“En realidad, por el actuar, y de la forma como quiso hacer ‘falsos positivos’ contra estudiantes, pensábamos que era un desmovilizado de los paramilitares y no de la guerrilla. Muchos compañeros aseguran que lo veían pasar frecuentemente por la puerta de la universidad en carros oficiales de entes investigadores”, afirmó un integrante de uno de los movimientos estudiantiles de la U de C. 



El asesino ya había sido investigado por terrorismo, daño en bien ajeno, lesiones personales y hurto. Incluso dos de sus exnovias lo habían dejado argumentando que era un hombre extremadamente violento. 



A Echenique se le conocía como alias Cristian y en 2007 había dejado las filas del grupo ilegal. A Angélica, según sus allegados, jamás le dijo esto, siempre le mantuvo oculta su verdadera identidad apareciendo como abogado. 






Angélica Gutiérrez murió sin tener idea de quién realmente era su exnovio.



Fue después de su asesinato, cuando los familiares de la joven descubrieron el oscuro pasado de John Jairo Echenique Fernández. “Solo después de que atacó a Angie empezamos a conocer todo lo que había detrás de este personaje. Incluso sabemos que hirió a dos de sus exnovias, una de ella salió de la ciudad por amenazas. La otra nos ayudó a descubrir su verdadera identidad”, afirma un allegado a la joven. 



Las autoridades investigan la posibilidad de que Echenique fuera el hombre que el pasado 22 de junio llamó al programa radial Nocturna a advertir del crimen. Según su director, Julián Parra, un hombre que se identificó como Carlos dijo que asesinaría a su novia y luego se suicidaría, tal como se supone lo hizo Echenique. 



Los familiares de John Jairo Echenique se acercaron a la morgue de Medicina Legal a reclamar el cuerpo y afirmaron que desde hace tres años no sabían nada de él. 


SEGUIMIENTO: 
El 30 de junio falleció Angélica, otra víctima más de la violencia irracional contra las mujeres por parte de sus hombres cercanos, conocidos como amados”, reza uno de los carteles durante la manifestación que se llevó a cabo en el monumento de "Noli Me Tangere", cuya traducción es "No me toques". 


Los jóvenes, que se dieron cita a través de Facebook para encontrarse a las 4:30 de la tarde, pocos días después de la muerte de Angélica, manifestaron que escogieron pegar carteles, mensajes y flores en este monumento ya que el mensaje "no me toques", que este traduce, es muy adecuado para manifestar en contra del maltrato que sufrió la fallecida, y el que sufren cientos de mujeres en la ciudad. 





Fuentes: 


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